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LECTURA

21 de julio de 2017

LOS AMORES DIFICILES*

Bien podría definirse al arte de la ficción como la presentación al lector del mundo de todos los días bajo una luz nueva. Pero el amor es uno de los temas más difíciles de iluminar. El arrebato del amor hacia alguien inesperado, el amor no correspondido, la traición en el amor, el amor en tanto pasión que languidece en el matrimonio, o el amor simulado por interés: tales son los temas importantes en las obra de tres escritoras norteamericanas que quiero presentarles. Para una aproximación al tema viene en nuestra ayuda Carson McCullers, la gran escritora norteamericana, quien a través de sus cuentos y novelas iluminó con luz penetrante y única lo que ella definió como el fenómeno del amor.

                                 LOS AMORES DIFICILES*

Bien podría definirse al arte de la ficción como la presentación al lector del mundo de todos los días bajo una luz nueva. Pero el amor es uno de los temas más difíciles de iluminar. El arrebato del amor hacia alguien inesperado, el amor no correspondido, la traición en el amor, el amor en tanto pasión que languidece en el matrimonio, o el amor simulado por interés: tales son los temas importantes en las obra de tres escritoras norteamericanas que quiero presentarles. Para una aproximación al tema viene en nuestra ayuda Carson McCullers, la gran escritora norteamericana, quien a través de sus cuentos y novelas iluminó con luz penetrante y única lo que ella definió como el fenómeno del amor.

La cita pertenece a una de sus obras más relevantes, La balada del café triste. En esta novela habla del fenómeno del amor, designándolo con esa extraña palabra, fenómeno, que designa algo palpable, majestuoso o muy raro: pensemos en una gran tormenta o en lluvias arrasadoras, o en un eclipse solar en términos de fenómeno astronómico. Fenómeno también se utiliza para designar a personas raras o extrañas. Así se habla de los fenómenos de circo: enanos, la mujer barbuda y demás. Lo llamativo es que la designación fenómeno del amor es utilizada por Carson McCullers para hablar del enamoramiento de una rubia gigante por un jorobado. Así son presentados en la novela Miss Amelia Evans y el jorobado, el primo Lymon. El tercer personaje en cuestión es el ex marido de Miss Amelia, Marvin Macy, a quien el amor por esa gigante rubia de metro ochenta, de Miss Amelia hablamos, lo había transformado por completo. De  aprovechador de jovencitas y de vago pendenciero y recalcitrante Marvin Macy sufrió una metamorfosis sorprendente; fue por un tiempo un marido recatado. Todas las  transformaciones posibles, desde lo sublime a la traición, desde el enamoramiento sumiso al crimen, tendrán lugar en esta novela corta. Es interesante citar textualmente unos de sus párrafos. En el relato se produce un silencio, para que el narrador transforme en palabras, lo que el corazón y el alma de los protagonistas ya vivieron dentro y en los alrededores de ese café no demasiado feliz:

En primer lugar, el amor es una experiencia común a dos personas.

Pero el hecho de ser una experiencia común no quiere decir que sea una experiencia

similar para las dos partes afectadas. Hay el amante y hay el amado, y cada uno de ellos proviene de regiones distintas. Con mucha frecuencia, el amado no es más que un estímulo para el amor acumulado durante años en el corazón del amante. No hay  amante que no se dé cuenta de esto, con mayor o menor claridad; en el fondo, sabe que su amor es un amor solitario. Conoce entonces una soledad nueva y extraña, y este conocimiento le hace sufrir. No le queda más que una salida, alojar su amor en su corazón del mejor modo posible; tiene que crearse un nuevo mundo interior, un mundo intenso, extraño y suficiente.

Permítasenos añadir que este amante no ha de ser necesariamente un joven que ahorra para un anillo de boda; puede ser un hombre, una mujer, un niño, cualquier criatura humana sobre la tierra.

Y el amado puede presentarse bajo cualquier forma. Las personas más inesperadas

pueden ser un estímulo para el amor. Se da por ejemplo el caso de un hombre que es ya abuelo que chochea, pero sigue enamorado de una muchacha desconocida que vio una tarde en las calles de Atlanta, hace veinte años. Un predicador puede estar enamorado de una perdida. El amado podrá ser un traidor, un imbécil o un degenerado; y el amante ve sus defectos como todo el mundo, pero su amor no se altera por eso. La persona más mediocre puede ser objeto de un amor arrebatado, extravagante y bello como los lirios venenosos de las ciénagas. Un hombre bueno puede despertar una pasión violenta y baja, y en algún corazón puede nacer un cariño tierno y sencillo hacia un loco furioso. Es sólo el amante quien determina la valía y la cualidad de todo amor.

Por esta razón, la mayoría preferimos amar a ser amados. Casi todas las personas quieren ser amantes. Y la verdad es que, en el fondo, el convertirse en amados resulta algo intolerable para muchos. El amado teme y odia al amante, y con razón: pues el amante está siempre queriendo desnudar a su amado. El amante fuerza la relación con el amado, aunque esta experiencia no le cause más que dolor.

Ya dijimos antes que miss Amelia había estado casada. Ahora podemos traer a colación aquel curioso episodio. Recuerden que todo ocurrió hace mucho tiempo, y que fue el único contacto personal que había tenido miss Amelia, antes de la llegada del jorobado, con este fenómeno, el amor. (Página 349. El aliento del cielo, Carson McCullers, Seix Barral, 2007).

El fenómeno del amor, tal el hilo que nos conduce a un cuento de otra de las grandes

cuentistas norteamericanas, Flannery O’Connor. Es interesante observar en su cuento La próxima vida que salvéis puede ser la suya como entran en juego las diferentes  expectativas de los personajes. Una campesina quiere casar a su hija débil mental y para eso emplea artimañas para engatusar a un vagabundo. Pero la sorpresa del final caerá con dureza sobre sus expectativas. Para no arruinar la sorpresa los remito a la dirección en donde pueden encontrar el cuento. http://www.literatura.us/idiomas/foc_vuestra.html.

(Al cuento lo analizaremos en nuestras clases de Agosto).

La tercera de las damas en cuestión es Dorothy Parker, quien vivió entre 1893 y 1967. Colaboró asiduamente con las revistas Vogue, Vanity Fair y The New Yorker. También fue guionista de Hollywood.

Y ya que hablamos de rubias inmensas, uno de sus cuentos más conocidos es una Rubia imponente, publicado en 1929. Trata de como el amor languidece en el matrimonio. El relato habla también de la pasión de una mujer, de su estancamiento y de la manera trágica en que intenta recuperarla. Serán los deseos de liberarse de las ataduras a la que la sociedad de su época la somete, lo que anime a esta suerte de Betibú, rubia y esplendida. Betibú era una flapper,  término usado por ese tiempo en los EE.UU para designar a las mujeres que deseaban su emancipación. Betibú es también la gran novela policial de Claudia Piñeiro que leeremos en nuestro curso de lectura a partir de agosto.

                                                               *Juan Bernardo Cejas: escritor y psicoanalista

                                                                                                             Cursos de lectura

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