El Matador ganó un partido muy chivo ante Estudiantes de Caseros: 2 a 1. En la previa, se hablaba si Tigre iba a tener gol, o por lo menos llegadas. Pablo Magnín el goleador del torneo, expulsado ante Alvarado, e Ijiel Protti por una lecion  no pudieron ser de la partida en la noche de Victoria. El director técnico tuvo que hacer malabares para armar el equipo. En sus lugares, jugaron Juan Cavallaro y Enzo Díaz, pero los goles llegaron a partir de otros nombres.

Luego de un primer tiempo muy chato por parte de ambos equipos, las emociones llegaron en el complemento. Animaron un encuentro sin ideas, donde reinó el error, el mal juego. La jerarquía de Lucas Menossi abrió el marcador. En una jugada aislada, Ezequiel Centurión dudó y lo pagó caro. El arquero del Pincha no salió y Menossi, con su pie de cristal, la puso contra el palo izquierdo. Pero lo que no te mata te hace más fuerte, gritó la visita. Estudiantes no se quedó. Lo fue a buscar y lo metió contra el arco a su rival. Tal fue así, que tuvo varias para llegar al empate. Y en un llegó, de la mano de Sebastián González. Sabiendo todo lo que se juega, fue a la carga de nuevo. Llegó con el tiro del final, con el tiro de Lucas Blondel. Tigre lo ganó sobre la hora. Jugó mal. Pero a esta altura del torneo, es ganar a como sea.