Una cosa es tener todo servido en bandeja y otra es que la presión te morfe. Son dos puntos que chocan entre sí y que pueden generar una catástrofe. Eso depende de cómo se vea el vaso, medio lleno o medio vacío. Tigre tenía una oportunidad de oro para acercarse a Almirante Brown con el apollo de su gran hinchada.

Pero flaqueó como nunca lo había hecho en el campeonato y empató 3 a 3 ante Mitre en un partidazo. Y si parecía que el Matador tenía todo a favor, ni que hablar cuando el Aurinegro se quedó con uno menos antes de la media hora de partido, por la expulsión de Sebastián Corda. Antes de ese hecho, a los de Diego Martínez les había costado mucho meterse en el partido.

Pero claro, la roja facilitó todo, pero por un momento... Lucas Blondel y Sebastián Prieto, laterales del Matador, pusieron 2 a 0 al dueño de casa. Entonces, parecía todo bajo control. Pero la inaptitud de sus jugadores jugo su papel. Nicolás Goitea descontó y le dio respiro a la visita. En el complemento, se desató lo peor que le podía ocurrir a los de Victoria.

Facundo Juárez lo empató y Goitea, otra vez, cerró la remontada del equipo de Santiago del Estero. Fue el primer sentir la gente: "jugadores, a ver si ponen..." El Matador respondió al cántico de las tribunas y Pablo Magnín puso el 3 a 3, mediante un penal que solo Luis Lobo Medina vio sino ahora estaríamos ablando de otra cosa. partido de Tigre con su público tras año y medio. Y se hizo