Era un partido con muchos condimentos. Era un partido con un pasado feliz y triste al mismo tiempo. Era un partido que cargaba con el recuerdo de lo que sucedió en 2007, la última oportunidad que ambos equipos se enfrentaron en Mataderos. Era un partido clave en la definición de la Zona A de la Primera Nacional. Con ese marco y con ese peso, Tigre se llevó a Victoria un triunfo ante Nueva Chicago para arrimarse a la punta del campeonato y quedar a sólo dos unidades del líder Almirante Brown, su próximo rival en la recta final.

Pese distintas realidades que presentan ambos clubes en la tabla de posiciones, al Matador le costó reflejar esas diferencias en el primer tiempo. Tuvo el control de la pelota, pero nunca se terminó de sentir cómodo.   

La visita consiguió desequilibrar en el marcador, luego de aprovechar un desajuste defensivo de su rival. Ahí surgió la asistencia de Ijiel Protti para que el goleador Pablo Magnín expusiera su mejor atributo: la definición. Como si fuera poco, escasos minutos más tarde, estiró la brecha a través de un tiro libre de Sebastián Prieto que se desvió en la frágil barrera del local. Y, cuando parecía que se encaminaba a un triunfo sencillo y sin despeinarse, Tigre sufrió el descuento de penal de José Luis Fernández para ponerle mayor emoción al duelo.

En el complemento, el encuentro no perdió intensidad. Por el contrario, el 3-1 de Lucas Menossi terminó de romper la mitad de la cancha y el trámite se hizo de ida y vuelta. Luego, llegó el doblete del volante. Y, en el cierre de la segunda etapa, Matías Escudero decoró el resultado. Así, el Matador obtuvo una victoria importante para la moral y para enchufarse en la lucha por el pasaje a la final por el primer ascenso a la Liga Profesional de Fútbol.