El equipo chubutense, lejos de achicarse por la diferencia entre categorías, salió a buscar la victoria y estuvo a punto de conseguirla, pero el equipo de Diego Martínez reaccionó a tiempo, levantó un 1-3 y forzó los penales. Pero el envión no alcanzó los penales, donde hubo festejo patagónico, que ahora se enfrentará a Rosario Central o a Quilmes.

Durante el primer tiempo no pasó mucho: quizás lo mas destacable fue el penal -correctamente sancionado por Espinoza- que fue malogrado por Pablo Magnín. El delantero tiró por arriba del travesaño su disparo y no pudo poner en ventaja al equipo de Victoria. Sin embargo, la segunda mitad del partido fue muchísimo más atractiva. Porque arrancó con vértigo y festejos: el del gol tempranero de Leonardo Marinucci. Tigre reaccionó rápido y logró el empate en los pies de Víctor Cabrera. Sin embargo, cuando parecía que la diferencia de jerarquía iba a pesar, el equipo de la Primera Nacional activó y logró desnivelar: Lucas González convirtió un doblete, generando una sensación de clasificación a octavos de final asegurada en los 90 minutos.

Sin embargo, Tigre supo transformar la bronca en ahínco para recuperarse y -a través de los goles de Alexis Castro y Agustín Obando- alcanzar la instancia de definición por tiros desde el punto del penal. Y fue allí donde el grito de euforia definitiva fue el de Cristián González, autor del último penal, el que aseguró el ticket a la siguiente instancia para los de Madryn, que siguen avanzando en la Copa mientras sueñan con Primera.

¿Y Tigre? No levanta cabeza y ahora les queda un semestre con el único objetivo será luchar por la clasificación Conmebol 2023. En La Plata, el Matador se topó con un equipo copero: el Real Madryn.