Hay plan b? es lo único que se practica/intenta en la semana? En uno de los tantos horrores defensivos, casi que traban dos de los nuestros, rebote para Vallejo, un solitario delantero de Independiente, casi invitado por Aguilera a rematar, y a cobrar, fusiló a Marinelli, que nada pudo hacer.

Hasta los veintiocho minutos no pudimos hacer pie. A partir de entonces intentamos conectar dos o tres pases seguidos, algo de lo más parecido al fútbol que pudimos ver y así llegamos al gol. Centro de Prieto desde la izquierda, Mateo peleó en el área y consiguió un penal, que cambió por gol, con una mano confirmada vía VAR. Pero ni el feroz goleador nos pudo salvar. Fueron muy pocos minutos de lucidez de los que pudimos disfrutar. Y en ese tiempo, el mejor fue Colidio. El resto? Poco y nada. O más nada que otra cosa. En el complemento, bajamos aún más el nivel. Nos retrasamos cada vez más, por propia voluntad y también por la urgencia de un equipo necesitado que empujaba y empujaba.

El planteo no fue bueno desde el arranque, jugamos sin mediocampistas de marca, salvo Cardozo. Perdimos la mitad del campo de movida. Los cambios? El más arriesgado fue el de Armoa por Zabala. Después, puesto por puesto, Molinas por Castro y por último Prediger por Menossi!!! Qué quiso hacer Martínez? Ninguno de los tres dio resultado.

Es cierto que veníamos con una racha positiva en cuanto a resultados más allá de un fútbol cada vez más pobre. Llegamos a siete juegos sin perder en el ámbito local. Newell´s nos arrebató dos puntos sobre el final en casa, y hoy la suerte nos abandonó, Independiente nos dejó directamente con las manos vacías. Cuántas veces se escuchó la frase en la mala (cuando tenés buenos partidos y perdés), “jugando así vamos a ganar más de lo que vamos a perder”.

Lo cierto es que por este camino sólo tropezaremos con derrotas. Se dejó el lado el fútbol que nos ilusionaba por planteos mezquinos, defensivos, hasta hacemos tiempo! Y no sólo hoy, lamentablemente se hizo costumbre desde hace unas fechas. Será tiempo de dar vuelta la página e intentar volver a practicar el fútbol del que supimos disfrutar. Y en el caso de una derrota, tal vez, no nos quede un sabor tan amargo como cuando se ofrece tan poco.