Pese a llegar motivado de haber eliminado a Independiente de la Copa Argentina, el equipo de Eduardo Domínguez se mantuvo como un equipo sin profundidad ni ideas en ataque al que le pesaron las once bajas por lesión que redujeron considerablemente las variantes. En ese contexto, lo mejor que presentó fueron algunos contraataques encabezados por un buen Rollheiser, pero que casi no decantaron en situaciones francas de peligro. Afianzando así el pésimo arranque que tuvo el Pincha en la Copa de la Liga donde perdió los primeros tres partidos y empató este último (se mantiene en la última posición del grupo B).

En cuanto a Tigre, si bien se dice que técnico que debuta gana -y así ocurrió con Lucas Pusineri en la cancha de Boca- no hay teoría alguna sobre qué ocurre después. En el caso del Matador se vio a un equipo no pudo mostrar una faceta siquiera similar al del partido anterior aun siendo local : se mostró inseguro en todas las etapas del partido. Con una gran actuación del arquero paraguayo Santiago Rojas (que venía de concentrar con su selección en la fecha FIFA), el Matador terminó recuperando un punto que no ilusiona, sino que preocupa. Principalmente por la faceta goleadora del equipo, que desde la salida de Retegui, no ha podido encontrar un reemplazo que dé garantías en el ataque (convirtió dos goles en las primeras cuatro fechas de la Copa de la Liga, todos de defensores). Tomás Badaloni, pese a haber estado activo no logró trasladar su desequilibrio a goles. Y no sólo eso: terminó salió con una que lo puede tener parado hasta el próximo torneo, es la  preocupación en Victoria, donde nadie hizo lo suficiente como para llevarse una victoria