El Matador goleó 3-0 porque pudo construir sobre la ventaja inicial tempranera que sacó a los 2' del partido, tuvo contundencia y defendió bien la ventaja. Resistió cuando el Pirata lo presionó y fue en busca de arrimarse en el marcador. Lo sostuvo Santiago Rojas, su arquero, con esa tapada descomunal que privó a Passerini del tanto del descuento que hubiera puesto las cosas 1-2 para el conjunto cordobés.

El MATEDOR de Victoria supo atravesar los momentos adversos. Demostró solidez en el fondo, se plantó en la zona media, aprovechó las fallas del local. No perdonó. Hasta este lunes había metido cuatro tantos en toda la Copa de la Liga en una noche se despachó con tres conquistas, a puro poder ofensivo.

Ezequiel Forclaz dio el golpe bien pronto y enmudeció al estadio. Le sacudió el piso a Belgrano por un error grosero del hombre que habitualmente responde con seguridad: Nahuel Losada. El arquero se pasó al lanzarse sobre su izquierda y el remate le venció las manos. El anfitrión tenía el camino cuesta arriba. Debía conseguir temple para remontar la historia y no dejarse llevar por la ansiedad de su público, que se hizo sentir.

Dañado, fue por la parda. Pero no la encontró porque por que Eligió mal. Y también hubo un buen trabajo defensivo del Matador, que le ganó los duelos individuales y siempre apareció alguna pierna para desbaratar los intentos del Pirata.

Belgrano en el segundo tiempo se paró más adelante, aunque nunca encontró las llaves. Se expuso a la contra y Tigre, al acecho, fue por ella. Manejó los tiempos, con el oficio que le dio Sebastián Prediger en su ingreso en la etapa final. Y con la buena producción de José Paradela, que cuidó el balón y le dio muy buena distribución siempre. Belgrano, cada vez más desesperado, empezó a ser rehén de su impotencia. Y llegó el martillazo de Cristian Zabala para asestar el tercero el del nocaut. Tigre le dio un revés de aquellos y no lo dejó cumplir con esos objetivos. El Matador consiguió su segundo triunfo consecutivo.

"Hay que ser valientes, lo vengo diciendo hace partidos. Es una situación muy difícil. Yo no puedo dormir, no se lo deseo a nadie", confesó Prediger, el experimentado jugador de Tigre. Ahora es tiempo de soñar. ¿¡Cómo no hacerlo, Tigre, luego del triunfo que se guardó en el bolso!? Jugó como una final. Con garra e inteligencia. AHORA en casa el clásico con el calamar no vale los puntos solo ganar o ganar sin dudas los hinchas a copar el coliseo para hacerles sentir la localia y los verdaderos dueños de la zona norte