A cuatro puntos de la zona de descenso, un escenario difícil de afrontar. Pero no hubo temor del lado matador. Hubo fútbol, gol, desgaste, POR LA TARDANSA EN HACER LOS CAMBIOS NECESARIOS, sacrificio, bajones y un doloroso empate que al hincha de TIGRE no le agrado, en otro contexto habría sido lapidario (Platense se lo igualó con diez jugadores). Esta vez, no fue el caso: por este 1-1, los dirigidos por Lucas Pusineri sellaron su estadía en la Primera División.

Por el enfrentamiento de Colón y Vélez en la última fecha -los dos están en la pelea-, un empate no le sentaba mal. Era oro, el puntito. Sin embargo, parece ser que Tigre no quiso dejar nada librado al azar. Fue a ganarlo de movida, a dejar atrás al fantasma y a quedarse con el orgullo barrial. El primer paso lo dio bien: con una linda jugada colectiva que incluyó gambetas de Aaron Molinas; asistencia de Nicolás Reniero, y definición de media vuelta de José Paradela, el local rompió el cero apenitas pasados los 10 minutos.

No parecía que el libreto fuera a cambiar drásticamente. La obra estaba escrita: Tigre la pasaría bien y se salvaría. Estuvo cerca de ampliar una, otra y otra vez. Tuvo un penal a favor anulado -un foul que terminó siendo fuera del área-, una expulsión rival en la misma jugada y cientos de razones más para pensar que ya estaba Hasta pasó de largo  Un Ronaldo Martínez volador, que tiró una chilena en la puerta del área así como así, fue la llave para el empate calamar con inferioridad numérica a los 44’. En el medio, previo al gol, rebotes en dos defensores de Tigre.  Tigre Después de sufrir todo el año, hubo salvación.